

¿Puedo acelerar mi viejo ordenador con un disco SSD?
Si alguna vez te has preguntado si puedes acelerar tu viejo ordenador con un disco ssd no dejes de leer éste artículo.
El primer disco rígido HDD lo lanzó IBM allá por 1956, ¡ya hace 64 añitos! . Pesaba más de 1000 kg. y tenía la gran capacidad de 5 Mb. Espectacular.
Los discos de hoy en día son tan grandes como una tarjeta de credito y la capacidad pasa de los 5 TB, y en breve se duplicará esa capacidad al mismo precio y menor tamaño.
Los discos rígidos siguen evolucionando gracias a los avances tecnológicos que se enfrentan a limitaciones físicas debido a la parte mecánica de estos discos. Para solventar esto existen otros discos que empiezan a reemplazar a los rígidos, los discos SSD.
¿Puedo acelerar mi viejo ordenador con un disco SSD?
Indice
¿Disco rígido tradicional o disco SSD?
Las siglas SSD corresponden a “Solid State Drive” lo que en español significa “Unidad de estado sólido”, una unidad compuesta exclusivamente por chips de memoria, es decir una unidad de almacenamiento que utiliza memoria no volátil, de igual manera que el pendrive. Por lo tanto, se eliminan las partes mecánicas, se eliminan los problemas de fiabilidad y se suman las mejoras en el rendimiento de la lectura/ escritura de archivos, al menos en teoría.
Los beneficios que reportan este tipo de unidades de almacenamiento SSD son múltiples, debido sobre todo a la característica de no poseer partes mecánicas, ya que esto le permite tener la misma capacidad en menor especio, menor consumo de corriente y por supuesto menor desgaste, ya que no poseen ni motores ni engranajes de ningún tipo.
Especialmente en el caso de los ordenadores portátiles, las ventajas de un disco SSD son muchas, como veremos más adelante.
Para ello primero vamos a comparar los discos SSD con los discos duros mecánicos tradicionales.


La debilidad de los discos rígidos
Compuesto de un motor, de diversas bandejas y de un brazo que lleva a cabo la lectura/escritura de datos, la unidad de disco duro es sensible no sólo a los golpes, sino también a otros muchos factores de su entorno exterior.
A modo de ejemplo: si colocas un imán poderoso sobre la unidad del disco rígido todos los datos que contiene se perderán para siempre, ya que las bandejas de éste se desmagnetizarán.
Otra debilidad del disco rígido es que es lento para las necesidades de trasferencia de datos de la actualidad. Por supuesto, los progresos que se han llevado a cabo en este terreno han contribuido a modificar esto, pero poner en rotación varias bandejas, a más de 7.200 revoluciones por minuto y garantizar las operaciones de lectura/escritura siempre será más complicado que acceder y obtener datos a través de una memoria flash, con un tiempo de respuesta casi instantáneo.
Es obvio e inevitable de la presencia sistemática de un motor en los discos rígidos tradicionales: en general son ruidosos, se calientan y consumen más energía eléctrica.


Tecnología SSD: ¿La solución a todos los males?
Ante todos los problemas enumerados anteriormente, la tecnología SSD proporciona respuestas o al menos una alternativa seria y confiable.
Técnicamente, un disco rígido SSD está compuesto exclusivamente de chips de memoria no volátil, de chips tipo NAND. Éstos tienen la particularidad de poder conservar los datos incluso cuando la alimentación eléctrica del ordendor está apagada.
Ventajas lógicas
Una primera ventaja: el acceso a la información contenida en estos chips es prácticamente instantánea. A diferencia de un disco rígido tradicional, en efecto, no hay ninguna necesidad de que roten las bandejas, como tampoco hay que esperar a que los diversos movimientos de la pieza de lectura encuentren la información deseada. Si bien esta operación no toma más de una fracción de segundo en un disco rígido normal, es su repetición y el hecho de la fragmentación de los datos, el que ocasiona retrasos en el tiempo de acceso a la información.
Por supuesto, la fragmentación continúa en las unidades SSD y esto es inevitable ya que el propio sistema de archivos en sí mismo segmenta o fragmenta los datos en bloques o agrupaciones.
No obstante, el impacto de la fragmentación en el rendimiento de un SSD es teóricamente inexistente ya que el acceso a varias piezas de datos repartidos entre varios chips se lleva a cabo de forma instantánea y simultánea.
Otra ventaja para el SSD: el flujo de lectura se mantiene casi constante desde el principio hasta el final de la operación, independientemente de la ubicación física de los datos, mientras que en un disco rígido convencional va reduciendo gradualmente el flujo especialmente durante operaciones de lectura secuencial.
Ventajas físicas
Terminemos con las ventajas físicas de los discos SSD. En cuanto al peso, un disco de estos pesa, por lo general, menos de cien gramos, y tienen una resistencia mayor que los tradicionales. Las unidades SSD son de hecho más fuertes, y algunas marcas como Samsung aseguran su resistencia a los golpes.
El consumo de energía eléctrica es, por supuesto, otra gran ventaja de los discos SSD: consumen mucha menos electricidad que sus competidores, los discos rígidos tradicionales.
Si bien estas cuestiones no tienen mucha importancia en un PC de escritorio, son sin embargo cruciales para un ordenador portátil o un notebook.


SSD: el problema de la capacidad
Rápidamente podremos ver que, para una capacidad de 1 TB, las unidades SSD cuadruplican en precio a las unidades tradicionales mecánicas.
Por supuesto que existen unidades SSD de precio muy acomodado, que rondan una capacidad de 120 o 240 GB, los cuales pueden ser utilizados como unidad primaria, es decir para instalar el sistema operativo y las aplicaciones, con un salto de rendimiento realmente impresionante.
Esto nos permite tener un sistema híbrido, es decir una unidad SSD primaria y un disco duro tradicional como unidad de almacenamiento de archivos tales como documentos, música, videos y demás, con asombroso rendimiento, sobre todo en equipos más antiguos.


¿De verdad puedo mejorar el rendimiento de mi ordenador con un disco SSD?
Mucho. No cabe ninguna duda de que el rendimiento de este tipo de unidades de almacenamiento es una de las mejores características que ofrece, mucho más que el mínimo consumo de energía, la temperatura de funcionamiento, el ruido y otros factores.
El rendimiento de un disco SSD es mucho mayor que un disco tradicional mecánico, y se nota nada más encender el ordenador, ya que es capaz de encenderse en una fracción del tiempo que usaría un disco duro tradicional.
Asimismo, cualquier tarea que realicemos en un equipo con un SSD instalado la realizaremos más rápido, y donde más se nota es cuando usamos programas más pesados que lo habitual, como, por ejemplo Photoshop.
Claro que siempre el rendimiento variará de acuerdo al tipo de software que usemos y el tipo de hardware instalado en el equipo, pero con un disco SSD siempre notaremos una sustancial diferencia, salvo y como mencionamos, que estemos utilizando un equipo demasiado viejo.
Si necesitas que actualicemos el disco duro de tu pc o portatil, no lo dudes


¿Es compatible mi ordenador con un disco SSD?
Básicamente, cualquier ordenador de escritorio o notebook moderno puede usar un disco SSD, ya que la mayoría de este tipo de unidades de almacenamiento utiliza una interface SATA, un estándar extendido entre todos los fabricantes de dispositivos electrónicos.
En este sentido, lo único que tenemos que hacer para saber si nuestro PC es compatible con un disco SSD es consultar en el manual el tipo de interface de discos que ofrece.
Otro punto a tener en cuenta es el tamaño de estas unidades, el cual puede variar de acuerdo a las prestaciones que brinda. Para ambos puntos, lo mejor es consultar el manual del PC o notebook, visitar el sitio web del fabricante del disco SSD y preguntar en foros y páginas dedicadas a la tecnología.
Aquí puedes ver una selección de discos duros y ssd portátiles, seguro que alguno se puede conectar a tu pc o portatil sin problemas.


Conclusión
Las ventajas de los discos SSD son reales y comprobables, tanto en las características físicas como en términos de rendimiento, sobre todo en lo que se refiere a dispositivos portátiles y notebooks.
Más compactos, más resistentes a los golpes y el medio ambiente en general, los discos SSD también presentan cualidades destacadas en términos de rendimiento y funcionamiento.
El acceso a la información es instantáneo, el flujo de lectura de datos es impresionante. Lejos de ser sólo teóricas, las ventajas se comprueban en los tiempos de carga de Windows: el sistema se ejecuta mucho más rápido en un disco SSD que en uno tradicional.
La principal desventaja de los discos SSD es claramente la relación precio/capacidad. Una unidad SSD de 120 ó 240 GB, las únicas que son asequibles por el usuario común, ofrecen una capacidad insuficiente para las necesidades de almacenamiento actuales, salvo que se lo utilice en una configuración híbrida de SSD y disco duro tradicional, como se menciona más arriba.
Sin embargo, si dejamos de lado las desventajas del precio con respecto a la capacidad, lo demás son todas ventajas: sin partes móviles, lo que reduce el desgaste a cero, menor consumo eléctrico, menor producción calórica y menor espacio.
También, al no poseer componentes electromecánicos para la lectura de los archivos, los SSD son completamente silenciosos. La carencia de piezas mecánicas también facilita el acceso a los datos, algo primordial para quienes necesitan velocidad.
A diferencia de los discos duros, donde el “brazo” mecánico de lectura necesita ir de una punta a otra para poder leer determinada información, en la unidad SSD esa información siempre se encuentra a mano.
Si quieres saber todavía más sobre discos SSD lee este otro de nuestros artículos.